La infancia es el momento ideal para intervenir de forma temprana en el desarrollo de los maxilares y la posición de los dientes. Muchas veces me preguntan en consulta si ciertos problemas deben tratarse ya o si conviene esperar.
Mi respuesta es clara: cuando se detecta a tiempo, podemos guiar el crecimiento de manera más sencilla y efectiva, evitando complicaciones en la adolescencia o en la edad adulta.
Uno de los dispositivos más eficaces que utilizamos en ortodoncia funcional es el expansor dental infantil. Y hoy quiero explicarte de forma sencilla en qué consiste, cuándo está indicado y por qué puede marcar la diferencia en la salud bucodental de un niño.

¿Qué es un expansor dental infantil?
Un expansor dental infantil es un aparato ortodóntico diseñado para ampliar transversalmente el maxilar superior cuando su desarrollo óseo es insuficiente durante la infancia. Este dispositivo puede ser fijo o removible y se coloca en el paladar, donde mediante ajustes graduales —generalmente mediante un tornillo central— ejerce una presión controlada sobre los huesos del paladar, separando de forma suave sus mitades y permitiendo así la formación de nuevo tejido óseo.
¿El resultado? Mejoramos la mordida, ganamos espacio para los dientes permanentes y facilitamos la respiración nasal. Todo ello de forma guiada y en un momento clave del crecimiento.
¿Cómo funciona un expansor dental infantil?
El dispositivo aplica una presión controlada y gradual que separa poco a poco las dos mitades del maxilar. Normalmente se activa con pequeños giros de un tornillo central, diarios o semanales, según el tipo de aparato. Este estímulo genera nuevo hueso, lo que ensancha el paladar y corrige la mordida de forma natural. En muchos casos, además, evita recurrir a extracciones o a tratamientos más complejos en la adolescencia.
¿Cuándo recomiendo un expansor dental?
El expansor dental se utiliza en niños, preferentemente entre los 6 y 12 años, cuando el hueso maxilar aún es flexible y responde al estímulo de expansión. Los principales casos donde se utiliza este dispositivo son:
- Paladar estrecho o maxilar contraído.
- Mordida cruzada posterior (cuando los dientes de arriba muerden por dentro de los de abajo).
- Falta de espacio para los dientes definitivos.
- Apiñamiento incipiente.
- Respiración bucal o ronquidos nocturnos.
- Alteraciones de postura lingual o desarrollo de la cavidad nasal.
¿Durante cuánto tiempo se llevan los expansores dentales infantiles?
La duración del tratamiento con un expansor dental infantil se divide en dos fases principales que, sumadas, conforman el proceso completo:
Fase activa (expansión)
- Esta etapa suele durar entre 2 y 4 semanas (habitualmente 15 a 30 días), aunque puede variar según la edad y la respuesta del niño.
- Durante esta fase, se activa el tornillo central del expansor para ejercer una presión gradual que separa las dos mitades del paladar superior, logrando la expansión deseada.
- Es común que en esta fase aparezca una separación temporal entre los incisivos superiores (diastema), lo cual es un signo de que el aparato está funcionando.
Fase de retención (mantenimiento y consolidación)
- Tras lograr la anchura adecuada, el aparato se mantiene en la boca sin activarse para permitir que el hueso nuevo se consolide y se estabilice la expansión.
- Esta fase dura entre 6 y 9 meses, aunque puede extenderse hasta un año en algunos casos, dependiendo de la evolución y del protocolo del ortodoncista.
- Durante el mantenimiento se realizan revisiones periódicas para asegurar que la expansión se mantenga sin retrocesos o complicaciones.
Ventajas de usar un expansor dental en niños
Las ventajas de utilizar un expansor dental infantil son numerosas y repercuten tanto en la salud bucodental como en el desarrollo general del niño:
- Previene tratamientos más largos y complejos en el futuro.
- Corrige la mordida cruzada y mejora la armonía facial.
- Facilita la erupción de los dientes definitivos.
- Mejora la respiración nasal y, con ella, la calidad del sueño.
- Favorece el equilibrio funcional de lengua, labios y músculos orales.
- Promueve un desarrollo óseo más saludable y armónico.
¿Duele llevar un expansor?
No es un tratamiento doloroso. Al inicio, los niños pueden sentir una ligera presión o molestia los primeros días, sobre todo al hacer los giros de activación, pero suele desaparecer rápido. Yo siempre doy a las familias las pautas necesarias para que la adaptación sea cómoda y segura. Mi experiencia me dice que los niños lo llevan mejor de lo que muchos padres se imaginan.
El expansor dental infantil es un tratamiento eficaz, seguro y poco invasivo que puede marcar un antes y un después en el desarrollo bucodental de un niño. Me gusta verlo como una inversión en su salud futura: una intervención breve en la infancia que evita complicaciones en la adolescencia y la edad adulta.
En CeoDent acompañamos a cada familia con cercanía, resolviendo dudas y diseñando el plan más adecuado para cada niño. Porque cada boca es única, y cada tratamiento también debe serlo.
La doctora Sara Hawkins es licenciada en odontología y ortodoncista de categoría Invisalign Diamond Provider. Actualmente es directora médica en Clínica dental CeoDent en el Barrio de Hortaleza de Madrid donde atiende consultas privadas. La doctora es Miembro de la Sociedad Española de Ortodoncia y la Asociación Española de Especialistas en Ortodoncia. Sara es una apasionada de su trabajo, y se mantiene constantemente actualizada en su campo para ofrecer un servicio odontológico de primer nivel.